Un estudio realizado por varios médicos especialistas, a 116 adictos a la cocaína, con edades comprendidas entre los 21 y 44 años de edad, revela que el 27% presentan dificultades para lograr una erección suficiente para tener relaciones sexuales. Según Boston Medical, alianza mundial de clínicas médicas especializadas en el tratamiento de disfunciones sexuales masculinas, esto se debe a que la cocaína es un estimulante del sistema nervioso central que además actúa como vasoconstructor reduciendo el flujo de riego sanguíneo en venas y arterias.
La erección del órgano sexual masculino se logra a través de una correcta respuesta vascular en el pene. La cocaína es un potente vasoconstrictor, que disminuye el calibre de las arterias, lo que produce una reducción del riego sanguíneo, haciendo que la sangre llegue al pene en un volumen y presión insuficientes para mantener una erección.
Así mismo, como estimulante, la cocaína provoca un efecto de euforia general temporal, con una duración de 15 a 30 minutos, a la que sigue una sensación de tristeza y cansancio, que predominan durante un largo periodo de tiempo. Este estado semi-depresor reduce además el deseo sexual. Aunque se aumente la dosis, lo único que se consigue es aumentar la ansiedad y disminuir el placer sexual.
Según José Benitez, director médico de Boston Medical Group “esta droga produce un cambio en la percepción real de uno mismo, que se materializa en un estado de ánimo depresivo. Su uso continuo y abusivo provoca un deterioro en el sistema nervioso central que conduce a su vez a una disminución importante de la fuerza sexual”.
Un consumo prolongado de la cocaína conlleva trastornos en la respuesta sexual como disfunción eréctil, bloqueo de la conducción nerviosa, temblores y movimientos convulsivos.
La alteración por pocos minutos en el estado de ánimo, hace que el consumidor se sienta más seguro, sociable y desinhibido, por lo que entra en un estado más energético y con mayor deseo sexual durante unos minutos. Pero la realidad es que al incremento de la presión sanguínea, la tasa cardíaca y la temperatura corporal le sigue una sensación de agotamiento y debilidad que dificulta drásticamente la capacidad de mantener relaciones sexuales satisfactorias.
Al actuar directamente en el sistema nervioso central los principales efectos de la cocaína incluyen:
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- Sudoración
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- Aumento de la potencia muscular
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- Midriasis
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- Incremento de la actividad cardíaca y presión sanguínea
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- Convulsiones
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- Aumento en el ritmo respiratorio
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- Incremento de la temperatura corporal
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- Todo ellos dificulta altamente la concentración necesaria para mantener una relación sexual
Contrariamente a lo que los consumidores suelen afirmar, esta droga no aumenta el deseo, solo hace que los consumidores se sientan más activos, pero esa euforia dificulta a su vez la erección del pene.
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